miércoles, 12 de diciembre de 2012

EL KIWI AL QUE NO LE PASO NADA

Esto era un kiwi, un kiwi feliz al que llamaban Wiwi.
Wiwi el kiwi vivía en una gran ¿kiwera? con todos los kiwis. Estaban todos los días de fiesta, y es que bien es sabido que a los kiwis les gusta más la fiesta que a un tonto un lápiz con tajalápiz.

Wiwi, como digo, era feliz, a pesar de que la semana pasada habían arrancado a sus primos y a su tía-abuela de la ¿kiwera? para comérselos. Tardó unos días en superarlo... hasta que por fin, su mejor amigo KiwiAmigoDeWiwi, así se llamaba, lo juro, le preguntó "¿Estás bien?" y Wiwi contestó "wiki" (jajajaja).

Un día apareció una mosca de la fruta, en este caso del kiwi, y empezó a devorar vivos a los habitantes de la ¿kiwera? uno a uno. Wiwi y los que quedaban de su familia y amigos intentaron huir desesperados, pero no podían, pues los kiwis no tienen las características físicas necesarias para moverse, y mucho menos para tomar la decisión de huir... estaban condenados a una espantosa y jugosa muerte segura.

La terrible mosca se acercaba haciendo zumbar sus alas con un sonido ensordecedor, aunque inaudible para un kiwi. Entonces se posó, miró a Wiwi como yo miro a un chuletón, le guiñó un ojo, luego sus otros doscientos ojos, hizo una reverencia, y se fue...

Y al kiwi Wiwi no le pasó... NADA.


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